Todo lo que debes saber sobre las pulseras antiestáticas
El daño electrostático es un motivo de preocupación constante para las personas que trabajan en fábricas y con ordenadores. Existen muchas industrias, incluyendo la manufactura y el almacenaje, que necesitan tomar medidas para prevenir el riesgo de que se produzcan descargas electrostáticas (o ESD, por sus siglas en inglés). Pues bien, una manera efectiva de garantizar la seguridad frente a estas descargas es el uso de accesorios y de equipamiento antiestático. Por este motivo, las pulseras antiestáticas son uno de los mejores accesorios que pueden usar los trabajadores.
Una pulsera antiestática, o pulsera ESD, es un importante elemento de seguridad que resulta imprescindible como parte de cualquier programa de prevención antiestática. A pesar de ello, muchas personas creen que las pulseras antiestáticas no son accesorios esenciales, por lo que piensan que no les hacen falta cuando realizan su trabajo. Pero esto es un problema, porque en ese caso no habrá ningún elemento de protección para el usuario ni para el elemento sensible a la electricidad estática. Y esto podría ocasionar daños provocados por una descarga electrostática.
Éste es el motivo por el que las pulseras antiestáticas son cruciales cuando se trabaja con elementos sensibles a la electricidad estática. Además, se trata de una medida muy asequible frente al cuantioso gasto que puede llegar a suponer la sustitución de los elementos dañados por este tipo de descargas.
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Descargas electrostáticas
Antes de entrar en detalles sobre lo que es una pulsera antiestática y cómo funciona, primero es necesario explicar en qué consiste una descarga electrostática y por qué podría llegar a suponer un problema.
Pues bien, una descarga electrostática (ESD, por sus siglas en inglés) es un flujo incontrolado de electricidad estática entre objetos con diferentes potenciales eléctricos. Y es que la electricidad estática lleva siglos siendo un problema en la industria. Ya en el siglo XV, los fuertes europeos usaban procedimientos y dispositivos para controlarla con el fin de evitar que una descarga electrostática detonara la pólvora usada en las armas.
Dentro de la industria actual de la electrónica, se asume que las descargas electrostáticas son una causa significativa de fallos en los dispositivos, por lo que implementar medidas de control de la electricidad estática no sólo es deseable, sino fundamental.
En concreto, los daños producidos en la industria se estiman en miles de millones de euros cada año. Sin embargo, aunque los costes de las medidas de control sobre la electricidad estática pueden ser elevados, no cabe ninguna duda de que la rentabilidad de dichas medidas justifica por completo su implementación.
Además, hay que tener en cuenta que los problemas producidos por las descargas electrostáticas han ido aumentado a lo largo de las tres últimas décadas por dos motivos principales:
- El mayor uso de plásticos y fibras artificiales para el aislamiento en las prendas de vestir, el mobiliario, los suelos, etc.
- El aumento en la sensibilidad de los circuitos integrados debido a los componentes cada vez más pequeños usados en dichos circuitos.
En muchas ocasiones, los daños producidos por la electricidad estática pasan desapercibidos y puede pasar un tiempo (incluso meses) hasta que se detecta el problema. De esta manera, puede producirse una pérdida de rendimiento, un fallo inmediato o uno futuro, lo que puede resultar frustrante y peligroso.
Ése es el motivo por el que resulta importante prevenir las descargas electrostáticas desde el primer momento, usando pulseras antiestáticas y otras medidas para que no se produzcan los daños descritos. Esto te acabará ahorrando tiempo, dinero y recursos muy valiosos.
Pulseras con conexión a tierra
Las pulseras antiestáticas son la primera línea de defensa frente a las descargas electrostáticas. Se trata del dispositivo personal de conexión a tierra más usado, y resultan necesarias en el caso de trabajadores que suelan estar sentados. Su función consiste en ayudar a dispersar hacia tierra de forma segura la electricidad estática producida por una persona.
Normalmente están hechas con colores vivos para mejorar su visibilidad por parte de otras personas. Están diseñadas para llevarse ceñidas a la piel, lo que permite que se establezca la conexión a tierra. De esta manera, la descarga de la electricidad estática generada en el cuerpo se produce de forma instantánea.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que es necesario llevar las pulseras antiestáticas cuando se está sentado, incluso si se lleva calzado antiestático específico. Estas pulseras están hechas de un material cómodo con fibras de plata entretejidas para garantizar la máxima conectividad y la mínima irritación cutánea.
Además, las correas deberían estar limpias, tienen ser cómodas y deben quedar ceñidas. Si la correa está floja y/o sucia, correrás el riesgo de tener una conexión a tierra intermitente. En lo que respecta a la superficie externa, debería ser aislante para garantizar la seguridad del trabajador.
En definitiva, las pulseras antiestáticas se utilizan para garantizar que se equilibra la diferencia de voltaje entre tu cuerpo y el ordenador. De esta forma, al conectarte a tierra usando una de estas pulseras, cualquier exceso de carga estática que haya en tu cuerpo se disipará al instante.
¿Cómo funcionan las pulseras antiestáticas?
Las pulseras antiestáticas pueden estar hechas de una gran variedad de materiales, pero la idea general es la misma: proporcionan una conexión para descargar a tierra la electricidad estática.
Para que funcionen correctamente, estas pulseras tienen que estar conectadas a los terminales de conexión a tierra con los que vienen equipadas las estaciones de trabajo (normalmente usando broches a presión de 10 milímetros). También es posible que vengan con un cable extraíble y una pinza de tipo cocodrilo para poder usarlas en aplicaciones que requieran de movilidad.
La correa se adapta alrededor de la muñeca usando una banda ajustable. Esto es importante, porque las pulseras antiestáticas se tienen que llevar ceñidas sobre la piel, con el cable conectado a un punto común de conexión a tierra. Normalmente, la pinza de cocodrilo se conecta al ordenador o al dispositivo electrónico sensible con el que se esté trabajando.
En cualquier caso, para que una pulsera antiestática sea realmente efectiva es necesario que esté conectada a una toma de tierra debidamente instalada. Una vez que la hayas asegurado alrededor de la muñeca y que la hayas conectado a una toma de tierra o al dispositivo sensible, podrás trabajar sin miedo a que se produzca una descarga electrostática. Esto te permitirá afrontar tu trabajo con libertad, reduciendo drásticamente las probabilidades de que se acumule la electricidad estática.
¿Por qué usar una pulsera antiestática?
El objetivo de una pulsera antiestática es proporcionar una manera segura de disipar la electricidad estática sin provocar daños electrostáticos. De esta manera, cuantas menos descargas electrostáticas se produzcan, mejor. Un entorno de trabajo protegido frente a estas descargas mejorará la seguridad, lo que ayudará a aumentar la eficiencia y la productividad.
Ahora bien, aunque las pulseras antiestáticas son accesorios muy eficaces, siempre es mejor complementar las medidas de seguridad incorporando alfombrillas antiestáticas y otros accesorios básicos. Cualquier inversión a corto plazo en equipamiento antiestático de alta calidad acabará siendo muy rentable en el largo plazo.
De esta manera, los trabajadores deberían llevar puestas sus correspondientes pulseras antiestáticas para garantizar que cualquier descarga de electricidad estática tenga una forma segura de llegar a tierra. Si no llevas puesta una de estas pulseras al trabajar con un dispositivo o un componente que sea sensible a la electricidad estática, podrías acabar generando una descarga en dicho dispositivo, llegando a provocar un daño importante. Y su sustitución no sólo puede llegar a ser cara, sino que también podría llegar a requerir mucho tiempo.
Además, si te pones una pulsera antiestática no sólo estarás dando un paso importante a la hora de prevenir los daños provocados por las descargas electrostáticas, sino que también estarás dando ejemplo al resto de trabajadores y gestores. Así que a continuación tienes tres motivos por los que deberías plantearte comprar y llevar puesta una de estas pulseras:
Evita daños en el hardware
Las pulseras antiestáticas disipan de forma segura la electricidad estática que podría dañar los componentes de un ordenador. Este daño puede llegar a estropear por completo los circuitos integrados, de forma que el sistema quede inutilizado. Sin embargo, también podría reiniciarlo sin daños adicionales.
En cualquier caso, aunque los componentes modernos usados en los ordenadores son resistentes a las descargas electrostáticas, sigue existiendo la posibilidad de que se estropeen. Y si eso llegara a ocurrir, no sería una experiencia agradable. De hecho, sólo son necesarios 100 voltios de electricidad estática para inutilizar casi cualquier componente informático.
Ahora bien, en la mayoría de los casos el daño no será catastrófico ni inmediato. En este sentido, es posible esperar que se produzca un funcionamiento incorrecto, así como un comportamiento extraño, o incluso la pérdida o la corrupción de archivos.
Además, existe un riesgo más elevado cuando instalas un nuevo módulo de memoria RAM. Y es que una descarga electrostática podría llegar a inutilizar el componente, a menos que lleves puesta una pulsera antiestática. Si se llegara a producir algún daño, la única forma de solucionarlo sería sustituir el módulo estropeado.
Sin embargo, debes tener en cuenta que cuando se daña un chip es posible que el problema no se pueda detectar hasta semanas o meses después. Este daño aplazado en el tiempo puede dar como resultado fallos ocasionales que son difíciles de diagnosticar.
Protege tu cuerpo
Cuando trabajas con electricidad estática, tu seguridad también es importante. El cuerpo humano posee una carga ligeramente positiva, mientras que la tierra tiene una carga negativa. Esta diferencia es lo que crea la electricidad estática. Es posible detectarla cuando se te ponen los pelos de punta, o cuando se genera una chispa por una descarga.
A pesar de ello, es posible descargar esta electricidad estática si se dan las circunstancias adecuadas. Por ejemplo, esto se puede conseguir tocando un objeto con un potencial eléctrico más bajo, como puede ser el pomo de una puerta. En ese caso, se producirá un flujo de electricidad que irá desde el cuerpo cargado hasta el pomo. Algunas descargas recuerdan a un pellizco, pero otras pueden llegar a ser dolorosas. Así que podría ser una experiencia desagradable.
Ése es el motivo por el que debes usar pulseras antiestáticas al trabajar con cualquier componente eléctrico. De esta manera, estarás conectado directamente a tierra para que los electrones puedan fluir hacia ella.
Es una inversión que merece la pena
Las pulseras antiestáticas son baratas, ya que normalmente cuestan unos seis o siete euros. Incluso las hay en paquetes de cuatro por unos diez euros. Así que aunque no son una solución infalible y hay formas alternativas de evitar este tipo de daños, comprar una de estas pulseras no te saldrá muy caro.
Por ejemplo, podrías actualizar los componentes de un ordenador sin preocuparte por la posibilidad de tener que afrontar un gasto de cientos de euros para reemplazar las piezas que se puedan dañar. Así que cuando comparas el precio de una pulsera antiestática con la cantidad que podría ahorrarte, la decisión de comprar una resulta obvia.
En este sentido, debes tener en cuenta que hay algunas de estas pulseras que dicen tener características especiales o que funcionan sin un cable. Normalmente suelen tener circuitos electrónicos o un diseño sofisticado. Sin embargo, en general se trata de timos. Recuerda que no hace falta que pagues mucho por una pulsera antiestática. Así que ten cuidado con las que cuesten más de quince euros.
¿Con qué frecuencia deberías sustituir las pulseras antiestáticas?
No existe una norma general sobre la duración que debería tener una de estas pulseras. Por lo tanto, habría que seguir la política de la empresa en relación con las renovaciones del equipamiento. Sin embargo, normalmente es buena idea fijarse en el nivel de desgaste y en la limpieza de cada pulsera específica.
Es habitual que las empresas establezcan pautas para sustituirlas una vez al año, cada seis meses o cada trimestre. De hecho, quienes usan estas pulseras a diario pueden sentirse mejor al ponerse una nueva, sobre todo si la comparten con otros usuarios de un puesto o de una estación de trabajo concreta.
Por lo tanto, renovar las herramientas y los accesorios de forma regular puede ser una pequeña inversión para mejorar la satisfacción de los empleados. De esta forma, la sustitución de las pulseras antiestáticas podría ser una señal pequeña pero clara por parte de la administración para transmitir que a la empresa le importa seguir unos procedimientos adecuados en relación con las descargas electrostáticas.
¿En qué brazo deberías ponerte las pulseras antiestáticas?
La elección del brazo en el que ponerte la pulsera antiestática suele ser una cuestión de preferencia personal.
Por ejemplo, si el punto de conexión a tierra para la pulsera está a tu izquierda, es posible que tenga más sentido que te la pongas en el brazo izquierdo. De esa manera, el cable no arrastrará las cosas con las que estés trabajando. Sin embargo, también cabe la posibilidad de que consideres que es mejor mover el punto de conexión a tierra a tu derecha, para así poder ponerte la pulsera en ese mismo lado.
En definitiva, las pulseras antiestáticas son un accesorio esencial a la hora de trabajar con componentes sensibles a la electricidad estática. Son fáciles de usar, baratas, cómodas de llevar y, por encima de todo, te permitirán desviar a tierra cualquier carga estática que proceda del trabajador. De esta forma, podrás prevenir cualquier daño producido por las descargas electrostáticas.